El estado de Morelos es un territorio de 4,879 km² que se encuentra ubicado en la zona centro del país, a medio camino entre la sierra madre del Sur y el eje Neovolcánico, en su límite territorial colinda con los estados de Guerrero, en la zona sur, Puebla al Este, la Ciudad de México en parte del norte y el Estado de México por el Oeste y el norte. En la actualidad, el estado está dividido en 36 municipios, sin embargo, no siempre fue así, antes de la Revolución, el 17 de abril del año 1869, el estado de Morelos fue creado por el presidente Benito Juárez, después de la guerra de Reforma. En su conformación la entidad solo contaba con 5 municipios: Cuautla, Cuernavaca, Jonacatepec, Tetecala y Yautepec, que se fueron dividiendo con el paso de los años. Posteriormente el año 1977, después de varias reformas por el crecimiento de la población, Morelos ya contaba con 33 entidades municipales, y finalmente en el año 2019, cuando se crearon los municipios más recientes: Xoxocotla, Coatetelco y Hueyapan.

La cercanía que tenemos con la ciudad de México, donde alguna vez, hace muchos años se estableció la cultura azteca, la cual llego a extenderse hasta nuestras tierras. De hecho, aún existe evidencia de su presencia en estos territorios, como lo son los aproximadamente 35 poblados indígenas en el estado, como Tetelcingo o Xoxocotla, todos con raíces aztecas. Sin embargo, el origen indígena de nuestras tierras va mucho más allá, y se hace todavía más evidente cuando observamos que 34 de los 36 municipios de nuestro estado poseen nombres con significados provenientes del náhuatl, como Jiutepec, que significa “En el cerro”, Cuautla, que significa “lugar de águilas”, o incluso, ciudades tan importantes como la capital, Cuernavaca, cuyo significado es “Junto a los árboles”. Ahora, te estarás preguntando ¿Y qué pasa con los dos municipios que faltan? La respuesta es fácil, estos dos municipios fueron nombrados para honrar a héroes de nuestra patria. Uno de ellos es Ayala, al sur de Cuautla, y el otro es Emiliano Zapata, no muy lejos de Cuernavaca. 

El estado de Morelos se caracteriza por ser la sede de una gran variedad de actividades económicas, desde la industria y el comercio, hasta la minería, la artesanía o la ganadería, sin embargo, podríamos considerarlo un estado agrícola, puesto que la agricultura, por tradición y varios factores naturales, es la actividad que predomina. De hecho, más de la mitad del territorio (el 55% específicamente) y la mayor parte del consumo total de agua en nuestro estado es utilizado para esta actividad económica. Como se dijo anteriormente, todo el desarrollo agrícola de Morelos es únicamente posible por dos factores, en primera, por una fuerte tradición del pueblo dedicada al desarrollo de la agricultura, siendo a veces tan antigua que se practicaba incluso en épocas coloniales.

El segundo factor es la increíble riqueza geográfica de la que es dueño nuestro estado. Posiblemente la riqueza natural más importante, es la abundancia de reservas de agua en el territorio, pues podemos encontrar desde pozos, lagunas, ríos y arroyos en las inmediaciones, como el río Cuautla o las Lagunas de Zempoala. Si hablamos del suelo, nuestro estado no deja de estar privilegiado, pues, al ser parte de la provincia del sistema volcánico y tener tantas variaciones en el relieve, cuenta con amplias extensiones de terreno fértil y húmedo, propicio para diferentes tipos de cultivo. Todo esto, sumado a un amplio rango climático, que va desde climas fríos y templados, hasta cálidos y semi cálidos, conforma un entorno perfecto para desarrollar la agricultura. Como podrás imaginarte, al tener semejante porcentaje de su territorio dedicado a la agricultura, nuestro estado es un productor importante de varios cultivos a nivel nacional, como es el caso del arroz Morelense, que tiene especial renombre por si solo en toda la nación, o el caso de la caña de azúcar, donde ocupamos el puesto del octavo mayor productor de la República. A pesar de que, en el caso de ambos cultivos su producción requiere de grandes cantidades de agua, se cosechan periódicamente en la mayoría del territorio morelense, exceptuando algunas partes del norte.